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16-07-2008 |
El CEJA
Por Carlos Amir González (*)
A 35 años del Golpe de Estado en Uruguay, 27/06/1973, el político del Partido Colorado, en dos oportunidades electo presidente de la república (1985-1990 / 1995-2000) y hoy día senador, hizo declaraciones a la revista argentina “Crítica”.
Parte de las mismas – “El golpe fue la dramática culminación de un período de violencia política y desestabilización, en el cual el país fue arrastrado desde 1963, cuando se inició un proceso revolucionario de inspiración cubana. Ese proceso escaló y en 1971 se produjo la primera salida de los militares de los cuarteles, los que no habían abandonado desde 1904” .
“Eso lo vivieron los que se inspiraban en Fidel y en el Che Guevara, y los militares que se sentían llamados a salvar la patria del peligro comunista.
Ambos estaban totalmente extralimitados, los primeros porque iniciaron una revolución cuando el país vivía en plena democracia, y los segundos que invocaban una subversión que ya estaba derrotada para dar un Golpe de Estado”.
Nuestras consideraciones – las formas sofistas y manipuladoras que emplea Sanguinetti en estas valoraciones socio-políticas de nuestro pasado reciente, buscan sin lugar a dudas, tapar con un dedo la luz que debe alumbrar nuestra historia, para que podamos abrirnos paso a un futuro mejor. Lo primero que hay que decir es que se pretende ubicar como “únicos actores y protagonistas, y lo peor Responsables del advenimiento del golpe de estado, por un lado a revolucionarios de inspiración fidelista y guevarista , y por el otro lado a los militares – acotando a los mismos entre los años 1963 y 1971, en su accionar”.
De un plumazo Sanguinetti borra de la escena a la clase trabajadora de la ciudad y el campo, los funcionarios públicos y sus conflictos con empresarios y con los gobiernos blanqui -colorados de esos años, la unidad de la lucha de la clase trabajadora y los estudiantes por mejor presupuesto para la enseñanza y por la defensa de la autonomía de la Universidad (frente a la cual el fue gestor y proyectista de la Ley intervencionista del estado). La lucha de los trabajadores rurales, de los pequeños y medianos productores, que frente a ganaderos y terratenientes que cada vez se enriquecían más, carecían de créditos y asistencia técnica a través de un Instituto Nacional de Colonización que fenecía frente a la indiferencia de sucesivos gobiernos. Como si esto fuera poco como muestra de la crítica situación social y económica que padecía Uruguay en esos años, frente a la muerte del Gral. Gestido en diciembre de 1967, asume el vicepresidente Jorge Pacheco Areco , ambos del Partido Colorado el mismo partido de Sanguinetti . Jorge Pacheco plantea un gobierno de “mano dura” frente a la lucha y las reivindicaciones del Movimiento Obrero y Popular, gobierna con Medidas Prontas de Seguridad y saca a las Fuerzas Conjuntas (militares y policías) para reprimir al MOP, militariza a los empleados bancarios y a los públicos, los cuales son apresados y detenidos en Comisarías y Cuarteles. Eran los sesenta, ¿ como Sr. Sanguinetti , no era que los militares salen de sus cuarteles recién en 1971, se le olvidó el gobierno de su partido de los sesenta ?. Pero además antes se le olvidó el de Nardone en el 58, del Partido Nacional, que estaqueaban a los trabajadores de la carne en el Cerro. Partido Nacional y Partido Colorado que votaron las Medidas Prontas de Seguridad en el Parlamento, y en 1972 votarían la Ley de Seguridad del Estado.
Como si esta enumeración no bastase para evidenciar los “verdaderos protagonistas” que conducen al golpe de estado de 1973, en el año 1964 el Gral. Aguerrondo (de filiación nacionalista) – candidato a las elecciones por el Partido Nacional en 1966/71 – se reúne con otros oficiales de las fuerzas armadas, en la famosa “ buseca ”, para planificar un golpe de estado. Desisten del mismo, por la presencia en las principales regiones militares de comandantes que eran fieles a la Constitución y las Leyes de la República. Entre los mismos en la región militar nro . 1, se encontraba el General Líber Seregni , fundador y conductor del Frente Amplio.
Por supuesto Sr. Sanguinetti que la clase trabajadora y los revolucionarios uruguayos tomamos los mejores ejemplos de mujeres y hombres de otras tierras, así como otros toman el ejemplo de los nuestros, y es una suerte que los mismos existan, porque también existen los traidores como Judas, o para tomar otro ejemplo de un fundador de su partido, Rivera “traidor” del Pater Noster de nuestros revolucionarios, el Protector de los Pueblos Libres – José Gervasio Artigas.
A muchas cosas más nos provoca y nos convoca esta entrevista, pero creemos que en nuestro anterior artículo Democracia, ya las contestamos.
Creemos que con lo expresado dejamos en claro, que la “plena democracia” de la cual Sanguinetti habla, solo existía en sus peregrinos y maniqueos pensamientos. Y por lo tanto los sectores populares uruguayos estaban en su legítimo derecho de recorrer los caminos que le abriesen una perspectiva de futuro hacia la misma.
Finaliza Sanguinetti diciendo – “ los grupos revolucionarios entendían que el sistema democrático no servía y que había que sustituirlo por un proceso revolucionario…Fueron quienes, sin querer, alfombraron el camino a una rígida y autoritaria dictadura de derecha”.
Nosotros decimos – en Uruguay se utiliza una expresión que dice lo siguiente…”le faltan jugadores”…la misma hace referencia a personas de poco o escaso nivel pensante, no es el caso de Sanguinetti , el se olvidó con muy mala leche, de en un marco histórico colocar a todos los protagonistas. Y justamente le faltaron, los que glosándole a él…”alfombraron el camino a una rígida y autoritaria dictadura de derecha”, incluido el mismo.
Sr , Sanguinetti , en las últimas elecciones nacionales del año 2004, el pueblo uruguayo lo envió a usted y su partido a la llanura, votándolo solo el 10% del electorado. No sea como el pastorcillo mentiroso, déjese ya de mentar al lobo malo.
Aprenda la lección de que a los pueblos se les puede mentir mucho tiempo, pero no durante todo el tiempo.
(*) Carlos Amir González
es periodista uruguayo residente en Asunción - Paraguay
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